sábado, junio 05, 2010

Pichangueros

De un tiempo a esta parte cambié los sabados con mis amigas por noches con viejos borrachos mayores de 50 años, en una sede de futbol vieja con un baño con olor a testosterona, escuchando promesas de futbol, hechas en una tumba con corazones mal dibujados y remolinos para bebés. escuchando poemas que no riman, pero que dicen la verdad, de algún señor que lo unico que le queda es beber, porque no le quedan dientes para mascar el recuerdo de un hijo que ya no le dice papá, y el recuerdo del viejo que se le fue al cielo y aún le llora por salvarle la niñez contandole chistes fomes, relatados con esa gracia que sólo el chileno que ha vivido en la calle sabe tener.


por ahí decían que no se puede saber lo que es la amistad, sin haber devuelto un pase... que el weon que creó el vino, es el mismo weon que creó a las mujeres.