Y mientras tanto a él, como a mí, le gustan los gatos que escuchan cuentos para niños, tiene mi edad y unos meses más, le gustan los panqueques con manjar y detenerse en detalles al hablar, y cuando eso ocurre, yo hago como si lo escuchara y aprovecho para mirar todos los detalles que tiene su cuerpo, disfrutar del olor de su cuello y peinar su pelo.
la misma noche en que lo conocí, subimos a terminar nuestros vasos a una pasarela de calles, nos sentamos y conversamos por primera vez solos, por sobre el nivel de la ciudad, desde esa noche no hemos vuelto a bajar.